Namaste es un saludo común en las culturas hindú y budista del sur de Asia.
Se suele pronunciar con una ligera reverencia y las manos juntas, con las palmas tocándose y los dedos apuntando hacia arriba, delante del pecho.
El gesto se denomina Anjali Mudra.
La palabra “namaste” deriva de dos palabras sánscritas: “namah”, que significa “reverencia”, y “te”, que significa “a ti”.
Juntas, estas palabras pueden traducirse como “me inclino ante ti”.
En la tradición yóguica, namaste es una forma de reconocer la chispa divina dentro de cada persona.
Es un gesto de respeto y honor, y una forma de mostrar gratitud y aprecio por la otra persona.
Namaste se utiliza a menudo como saludo cuando la gente se encuentra o se separa, similar a “hola” o “adiós”.
Puede pronunciarse solo o seguido de la frase “namaste en paz”, “namaste con amor” o “namaste con respeto”.
Además de su uso como saludo, namaste también se utiliza como cierre al final de las clases de yoga.
Suele ir acompañado de la frase “La luz que hay en mí honra la luz que hay en ti”, que refleja la creencia de que todos estamos conectados y de que todos tenemos una chispa divina en nuestro interior.
En general, el significado de namaste es de respeto, honor y reconocimiento de la chispa divina dentro de cada persona.
Es una forma de mostrar gratitud y aprecio por los demás, y de conectar con ellos a un nivel más profundo.